RITOS ÍNTIMOS EN LA VOZ DE LA SACERDOTISA...

Rituales poéticos en la voz de la Sacerdotisa...

Ritos Íntimos en la voz de la Sacerdotisa...

Entero, mío, erecto...

Mensaje a los lectores de mi blog.

Estimados Lectores: Mi blog no contiene imágenes porque mi intención es rescatar la seducción de las palabras. La poesía erótica justamente y según mi opinión, predispone a la fantasía y a la imaginación de quien lee y de quien escucha, ya que el género lírico fue concebido para ser recitado. Si la contaminamos con imágenes, estaríamos cercenando esa idea esencial y el valor del verbo.
Por otro lado, se deduce que todo se puede decir; sin embargo, lo que importa es cómo se dice.
Un poema erótico no es la escritura de una serie de onomatopeyas que dibujan el encuentro sexual, el verdadero talento en este terreno consiste en poner esos sonidos tan excitantes en palabras, de tal forma que el cuerpo se sacuda.
Una vez más, les agradezco su presencia aquí.
Mónica

jueves, 9 de septiembre de 2010

GEMIDOS®©

I
No hay tiempo para controlar el ritmo.
No hay espacio para que las ondulaciones
de nuestros cuerpos
quepan firmes en la agonía de una coalición de susurros.
Tu boca exánime gime mis latidos
desde la armonía cadenciosa
de la frenética agitación sexual.
El descontrol es cruel:
Las hondonadas se ahuecan en su máxima profundidad
y las espirales de sílabas incompletas
expulsan quejidos mustios
 confundidos con mil lenguas milenarias satánicas.
II
Vos y yo clamamos en cada entrega
                                                            un solo grito
mascullando el derroche de palabras nuevas
en la animal embestida de nuestros sentidos,
                                                         del sexo consentido voluntario
                                                       del placer
                                                          del orgasmo
cabalgando las orillas de un extenuante precipicio
que promueve la reiteración del acto.
Con las bocas y las lenguas secas
y la perdición absoluta de la coherencia:
en cada contacto visceral
que choca las entrañas
  y recrudece en la locura.
III
En tanto, la voz se esfuerza por emitir
un solo vocablo que encubra las frases completas
cuando las letras zozobran en la garganta
y paren un milagroso suspiro de hedónica sabiduría.

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